Las peras en general, y las Peras de Rincón de Soto en particular, tienen muchos nutrientes que nos ayudan a cuidarnos por dentro y por fuera. Hoy vamos a hablaros sobre dos de ellos: el betacaroteno y el ácido fólico.
Ambos están en cada bocado de fruta que comemos y, concretamente, en la pera. El betacaroteno, es un pigmento natural que se encuentra en numerosas especies vegetales. ¿Cuántas veces habrás escuchado que para tener una piel sana y bien bronceada has de comer zanahoria? La razón: sus altos niveles de betacaroteno.
Porque este componente es uno de los grandes precursores de la vitamina A (muy buena para la vista) y, además de tener virtudes dietéticas, nos protege la piel de la influencia negativa del sol.
Pero la labor del betacaroteno no se queda ahí. También puede mejorar el sistema inmunológico, así que comer vegetales y frutas ricos en este pigmento, puede hacer más fuertes tus defensas. Además de en la pera, búscalo también en los pimientos rojos, el tomate, la calabaza, o el melocotón, alimentos ricos en betacaroteno.
El ácido fólico, por su parte, es una vitamina B y nos ayuda a regenerar las células de nuestro cuerpo: de vital importancia para la salud de la piel, el cabello, las uñas, las membranas mucosas y la sangre. Así que, aunque se trata de un nutriente especialmente importante para las mujeres en edad fértil y embarazadas, todos necesitamos de él en mayor o menor medida. La pera es rica en ácido fólico, pero hay también otros alimentos que lo contienen; especialmente ricos en ácido fólico son los vegetales de hojas verdes, las frutas o las nueces.