Buenos días amigos y seguidores:
En esta nueva entrada queremos mostraros el estadio en el que se encuentran actualmente nuestras peras en los árboles.
Antes de nada, os informamos que nuestra variedad predominante (conferencia) tiene una abundante floración (como pudisteis ver en los post anteriores) y que estas flores suelen cuajar en su mayoría, por lo que a partir de finales de abril, lo normal es que un árbol tenga una cantidad de peras 5 o 6 veces superior a lo que puede soportar su estructura.
Estas peras recién cuajadas comienzan a engordar, pero llega un momento en el que el árbol se da cuenta que no puede con todos los frutos y comienza a expulsar la mayor parte de ellos, hasta quedarse con los que realmente puede.
Esto es una medida de supervivencia que permite a este árbol poder perder gran parte de sus flores y/o frutos recién cuajados (por climatología, depredadores, animales que se las comen, etc.) y aun así, conseguir tener una cantidad de frutos suficiente para perpetuar la especie.
Esto que ocurre de forma natural, termina siendo un quebradero de cabeza para el agricultor, ya que cualquier estrés que sufra el árbol en este periodo (exceso de calor o frío, exceso de agua o sequía, etc.) puede originar que el árbol expulse demasiados frutos y la cosecha sea muy corta y por ende, los ingresos del productor también se vean mermados.
Existe una forma de intuir si la expulsión va a ser muy fuerte, consiste en ver si las peras, en el momento que comienzan a engordar, también comienzan a diferenciarse por tamaño, como podéis verlo en las fotos que acompañan a esta entrada.
Si las peras comienzan a diferenciarse en tamaño pronto, es bueno, ya que el árbol seleccionará las más gordas y dejará caer al suelo las más pequeñas y puedes intuir como irá esta caída natural, que los agricultores llaman “expulse”. Si por el contrario, todas las peras van uniformes en su tamaño, esto puede ser muy peligroso ya que el árbol puede expulsar gran parte de ellas debido a que están muy parejas.
En las fotos que acompañan a esta entrada, podéis observar como se aprecia una gran diferencia de tamaño, lo que nos indica que las más grandes (3 en la primera foto y 4 en la segunda) seguramente quedarán en el árbol y el resto se caerán de forma natural. También se puede observar cómo ha aparecido el “Russeting”, que es esa capa discontinua marrón que aparece en la piel y que es tan característica de esta variedad.
También ocurre en estas fechas un fenómeno muy curioso, y es que las peras “desaparecen” del árbol, ya que el aumento de hojas y el hecho de que las peras sean ahora mismo verdes y marrones (igual que el árbol) hace que parezca que hay muy pocas, cuando si nos fijamos bien, hay bastantes más de las que parece a simple vista.
Nos despedimos ya recordándoos que el campo sigue precioso, que merece la pena salir a pasear y que después de una actividad física o intelectual, cómete una pera de Rincón de Soto ya que “esta pera recupera”
Saludos a todos.