Nuestros abuelos pasaban gran parte de sus jornadas en el campo quitando hierba… Hoy, se apuesta por la cubierta vegetal. ¿Cuáles son sus ventajas? Aumenta la biodiversidad, la reserva de agua de lluvia, reduce la temperatura ambiente… En definitiva, mejora el desarrollo de nuestros frutos. Nuestras peras.
Hasta finales de los años 90, en la agricultura española, incluida nuestra DOP, estaba implantada la idea de que un ‘buen’ agricultor frutícola era aquel tenía sus campos limpios de malas hierbas. Daba la sensación de que, en una parcela en la que solo se veía la especie cultivada, se hacía un uso eficaz de los recursos hídricos, nutricionales… Sin embargo, también se podía observar que había una pérdida progresiva de suelo y que gran parte del agua, en vez de ser absorbida por el terreno, se perdía.
¿Qué ha cambiado en la actualidad?
Tras años de estudio y ensayos, se ha observado que la forma de trabajo tradicional no era tan eficiente como se creía y que la protección del suelo mediante plantas o restos vegetales tiene un efecto positivo en la conservación del mismo. En definitiva, se han puesto en valor las cubiertas vegetales. Y es que, estas cubiertas propician un correcto desarrollo de nuestros cultivos.
En cuanto a las ventajas de las cubiertas vegetales, podemos señalar muchas y muy variadas:
- mejoran la estructura del suelo creando poros para aumentar el almacenamiento del agua
- hacen que las gotas de lluvia impacten con menor velocidad en la tierra evitando que se forme una costra y mejorando la infiltración
- ayudan a reducir la velocidad de evaporación del agua
- disminuyen la escorrentía, evitando que desaparezca la capa más superficial del suelo, que es la más fértil.
La cubierta vegetal también es importante porque ofrece un hábitat favorable para los insectos que se alimentan de otros insectos. Encuentran en la cubierta vegetal protección frente a condiciones adversas, lugares de invernación o de puestas y alimento.
En nuestras cubiertas, se hospedan aliados como el antocórido, la crisopa o las conocidas mariquitas, que nos ayudan a combatir plagas como la psila o los pulgones.
Además, otro beneficio de la cubierta respecto a las plagas es que, durante ciertos momentos de la campaña, las plagas como el pulgón realizan su ciclo vital en la cubierta en vez de en los árboles.
¡Qué más se puede pedir!
La cubierta vegetal en la DOP
La cubierta vegetal, una vez establecida, debe ser controlada para evitar que entre en competencia hídrica con nuestros árboles. Este control puede ser químico, mecánico o con pastoreo.
En general, en la DOP, nuestros agricultores optan por el control mecánico, pasando la desbrozadora entre sus perales y dejando los restos a su paso para que cubran el suelo y se reduzca la evaporación.
Esta labor se realiza a la salida del invierno y se repite después de mayo ya que, para este momento del año, los ‘enemigos naturales’ ya se han instalado.
El tipo de cubierta que trabajan nuestros agricultores es la espontánea. Se trata de flora arvense, lo que supone un ahorro en semilla, plantación y herbicida.
También se practica la cubierta inerte con restos de poda y hojas, lo que en caso de parcelas con afección de ciertas enfermedades y hongos no es recomendable.