Tras unos meses en el cargo, Eva Lafraya hace balance de su trabajo en el Consejo Regulador de la DOP Peras de Rincón de Soto y habla de los retos de la organización en el medio plazo.
¿Cómo valora sus primeros meses como presidenta de la DOP?
Los valoro de forma muy positiva. La verdad es que entré en una denominación ya muy bien encaminada, pero desde el primer momento el cargo ha supuesto un reto para mí. Hemos tenido que hacer frente a meses de sequía en momentos clave de la cosecha, a episodios importantes de pedrisco… Solventar todo esto ha sido un desafío personal importante.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención del funcionamiento del Consejo en estos meses?
Hay un aspecto que sobresale por encima de todos los demás: el buen entendimiento entre todos los miembros del Consejo y entre todas las partes de la Denominación. El respeto mutuo que hay entre centrales y agricultores y la forma en la que se resuelven las discrepancias entre ellos. Todos saben que son piezas fundamentales en el engranaje.
Ahora que ya tienes el pulso tomado al Consejo, ¿alguna novedad que implantar?
Como he comentado siempre, mi labor será continuar con el trabajo hecho por el presidente anterior, que ha sido impecable. No obstante, si tuviera que resaltar algún aspecto, me centraría en la sequía. Hasta ahora, hemos ido manejando la situación en el corto plazo pero debemos mirar más allá. El tema se nos va olvidando a medida que se aleja el verano y termina la campaña, pero es algo que debemos tener presente cada día.
¿Consideras entonces que el problema de la sequía va a marcar la agenda del campo en los próximos años?
Sí. Creo además que debe ser así, porque la escasez de lluvias y el aumento de las temperaturas han venido para quedarse. Debemos trabajar con la Administración para tartar de darle una solución al problema.
Y… con la campaña ya avanzada, ¿puede hacer una valoración de la cosecha de este año?
En cuanto a cantidad, este año recogeremos más kilos que el año pasado. Respecto a la calidad, hay que destacar que estamos recogiendo una pera extraordinariamente grande y excepcional. Se disfruta cogiendo pera así.
